sábado, 13 de octubre de 2007

¡¡¡ ESO SI ES VIDA !!!


De niño, visitabamos mucho a una de las Hermanas de mi Padre y a mi Abuelita. Recuerdo que era aburridisimo estar con ellas y no fue asi hasta que descubri unos libritos muy curiosos de un dibujante Argentino el cual es famoso por ser un humorista grafico en su pais muy aparte del legado que dejo a toda America Latina. Libritos de Blanco y Negro que me gustaba iluminar.


Con la boca muy amarga por los insabores de la vida, descubri este poema de este idolo mio de la infancia. Es común que no comprendamos los ¿por qué? de la vida y de alguna manera, estoy deacuerdo con lo que algun dia este Señor publicó.



La vida según Quino.


...Pienso que la forma en que la vida fluye esta mal.

Deberia ser al revés: Uno debería morir primero, para salir de eso de una vez.


Luego, vivir en un asilo de anciano hasta que te saquen cuando ya no eres tan viejo para estar ahí.


Entonces empiezas a trabajar, trabajar por lo menos cuarenta años hasta que eres lo suficientemente joven para disfrutar de tu jubilación.


Luego fiestas, parrandas, drogas, alcohol.


Diversión, amantes, novios, novias, todo, hasta que estas listo para entrar en la secundaria...


Después pasas a la primaria y eres un niño (a) que se la pasa jugando sin responsabilidades de ningún tipo...


Luego pasas a ser en bebé, y vas de nuevo al vientre materno, y ahí pasas los mejores y últimos 9 meses de tu vida flotando en un liquido tibio, hasta que tu vida se apaga en un tremendo orgasmo... ¡¡¡ ESO SI ES VIDA !!!


QUINO

jueves, 4 de octubre de 2007

Golpes del Destino


¡Hola Lectores!, Tarde pero seguro con la continuación de los relatos. He recibido varios correos de mis amigos de la universidad pidiendo que narre las pinches maldades que nos identificaron como un grupo unido desde el principio de nuestra carrera universitaria. Francamente si voy a hablar de eso, pero no en esta ocasión. El arduo trabajo me dio el tiempo necesario para maquilar esta patética historia en la cual le doy respuesta a mi amiga Princesa la cual coloco como comentario en mi Blog una amarga duda que se que no la deja dormir ni vivir y es sobre mi persona. La cito textualmente “Siempre he tenido una duda Eres Gay?”.

No es una justificación, pero si hay una historia detrás de este mito la cual es la tercera pregunta que me hacen las personas cuando recién me conocen al mismo tiempo que ya me tienen confianza (y sinceramente dejándonos de mamadas, tengo la teoría de que es la primer pregunta, pero por obvias razones de ética moral, solo lo imaginan en ves de preguntar).

Iniciamos

Estaba en sexto de primaria. Desde el segundo hasta el quinto grado siempre saque 6 de conducta por el hecho de que mis travesuras desquiciaban radicalmente a mis profesores quienes trataban de guiarme por el buen camino. “¡Estate quieto Cabezón!” era lo de todos los días. La segregación de mis amiguitos de infancia en 6° grado por una mala conducta y por una maestra a la cual agradezco ese hecho, hizo de mí infante ser un mejor estudiante, bien portado y estudioso a consejos de mi Madre quien en un solo día me metió en la cabeza el factor “Chingoneria”. Desolado porque mi maestra me mando al 6°B y todos mis amigos se quedaron en el 6°A, lleno a mi Madre de coraje y me explico que podía ser yo mejor “Mas Chingón” que mis compañeros y demostrar que estaban equivocados por haberme hecho a un lado.

Fue 6°B el mejor de mis años en la primaria, el nuevo método de enseñanza de mi Profesora Martha me inspiro a entender todo lo que en años anteriores nunca pude. En ese mismo año mi librito de Ciencias Naturales explicaban los trastornos hormonales que un adolescente hombre o mujer sufrían. El pudor que mi maestra tenia la vio obligada a traer a un experto en la materia que a base de ejemplos claros y concisos nos hizo entender (de un solo golpe), desde los aparatos reproductores hasta la metamorfosis que íbamos a tener en pocos meses y no se anduvo con mamaditas sobre abejitas y flores. Por el contrario, mis compañeros del grupo opuesto tuvieron todas estas explicaciones de un cuentito que su maestra les había dibujado y se lo rolaban cual vil revista Playboy en los baños de los hombres. Recuerdo mucho un dibujo con un adolescente lleno de parches en la cara.

La racha de nuevos conocimientos aumentaba mi interés por ser más participativo y devorar las lecturas adelantadamente. Los exámenes y exposiciones se me hacían sencillos y me fui ganando el interés de mi maestra y el sobrenombre de mis maldosos y envidiosos amigos por ser el “Cabeza de Olmeca”. Termine con un gran Ego tras el único diploma por buen aprovechamiento de 6°B de mi carrera en la vida y con 9.9 en la materia de Ciencias Naturales por obvio conocimiento en los temas hormonales (pues si, precoz desde niño).

Todo me parecía excelente en ese momento hasta mis 11 años cuando me salio un pequeño brote en mi nariz. A mi parecer, era una simple roncha, pero un punto blanco que crecía rápidamente me hizo preguntar sobre su origen (recordé el dibujo del adolescente). Mi Mamá, sorprendida me hizo burla sobre mi primer “BARRO” que a mi me emociono en un principio ya que era uno de los augurios del cambio a ser un hombre de voz ronca, espalda ancha y pelos lacayos en ciertas partes que nunca me daba el sol.

Síntomas que no se presentaron en mí a la par de que me salían mas y mas barros en mi cara y se notaban mucho mas por ser de tez blanca. Ya a mis 13 años mi cara tenia un aspecto comparado con El Pedregal de San Ángel y ni para poder rasurar los pelillos de mi escasa barba. Mi ego se empezaba a sentir lastimado ya que mis amigos tenían también este tipo de problema pero de manera mas moderada.

En tercer grado de secundaria después de haber regresado del recreo y de la materia de Educación Física, retornamos a nuestra clase de Química Elemental. Nuestra maestra de nombre Francisca era por todos conocida y no por decirle “Panchita”, sino que se daba el lujo de dar clases con vestidos sin mangas que dejaban a la vista de cualquiera la población de “Peluches que se asomaban de sus axilas” y por tener un cabello igual de tupido como el jugador de basket de una caricatura que sacaba cualquier cosa que se le antojara de su cabeza.

La atención en la clase radicalmente se basaba en este acontecimiento (y no por el amor a la Química). “Panchita”, nos dio la orden de hacer un enorme resumen sobre los inicios de la materia en la sociedad y todo en pleno día de calor a todos mis compañeros de Tercer grado que meramente llegábamos a 65.

Agobiado por el calor extremo, el poco espacio y un resumen de más de 10 páginas en 2 aburridas horas, me hizo dejar a un lado el lápiz HB que me presto una amiga la cual me gustaba mucho. Estire mis pies, los cuales vestían muy a la moda aquellos teniss Barkley del No. 28, con piel blanca y gamuza negra, amortiguados por una válvula de aire en el talón y que compartía con uno de mis hermanos los fines de semana. Me relaje tanto que el único sentimiento de acción inconsciente del cual me pude percatar en mi cuerpo (muy aparte de respirar y cerrar los ojos), era el de estar masticando un chicle motita de sabor menta que otra amiga me había dado.

Dicho chicle lo tome con mi mano derecha y al mismo tiempo que lo sujetaba con mis dientes, lo fui estirando hasta que se formo una tira larga de no mas de 20 centímetros con los extremos chatos por la presión de mis dedos y mi boca. En mi cabeza figuraba una escena de la caricatura de la Familia Robinson que atrapaba siervos con la ayuda de una Baleadora. Así pues, mi boca dejo de oprimir el chicle y termino colgando de mi mando derecha la cual se comenzó a agitar y a revolucionar el chicle sobre el eje de mi brazo, sabiendo que podían verme y el chicle se podía estira mas y mas en el aire por la fuerza centrifuga, pensé: “¡A ver a que afortunado le toca!”.

Los segundos de mi vida parecieron detenerse al soltar el chicle en forma aleatoria sobre el salón de clase. Yo prometía que iba directo al bote de la basura, pero el chicle pretendió llegar más lejos, soñó en volar y no pude evitar que las fantasías de grandeza de mi “Motita” por ser alguien en la vida, me llevaran a mí a transformar la mía.

Cual vil suerte que el chicle se poso en los densos cabellos de “Panchita” quien llevo los brazos a su cabeza por la pequeña presión ejercida y al mismo tiempo que nos enseñaba “Los bigotes de Chewbacca” que pendían de sus sobacos, de su boca salía un sonido de pesadumbre de manera gutural igual al personaje de Star Wars por darse cuenta que lo que tenia enredado era un reverendo Chiclote.

Enseguida, sentí como la sangre bajaba a mis pies y como pude, tome mi lápiz y seguí escribiendo de manera rápida y nerviosa ante el silencio atónito del salón por lo sucedido. “Panchita” salio del salón con dirección al baño me comentan mis fuentes mas acertadas y la Orientadora Vocacional de nuestro grupo fue a visitarnos tras la queja que la maestra le dio.

Singular debate se hizo presente sobre la hora que sobraba por lo acontecido, muchas teorías surgieron de mis amigos quienes aseguraban que había salido volando el chicle del centro del salón, otros que del lado derecho y otros que del lado izquierdo. Mi honestidad solo me hizo comentar entre mis amigos que el chicle había salido del sector en el que estaba, pero que no había visto quien fue.

Nuestra Orientadora Vocacional le dio fin al poco Ego que forme sobre mi persona desde mi 6° grado de primaria al querer escuchar mi explicación. Me conocía muy bien, pero el enojo que tenia sobre una supuesta sublevación estudiantil en vísperas de nuestras entregas de Cartas de Buena Conducta no se vea nada bien.

Señalándome con su dedo índice (no recuerdo de que mano), dijo con voz firme al Jefe de Grupo (yo): “¡A ver tu, El Barroso!”. La Relatividad del Tiempo (de mi cuate Albert Einstein), me hizo una mala jugada al sentir eterno todas las carcajadas que mis 64 compañeros de clase me aventaron por el nuevo apodo. No pude más que sentirme un perro Chihuahua rodeado de San Bernardos durante un buen tiempo.

Llego el fin de semana y le pedí a mi Padre con mucha pena un poco de capital extra para algunas cremas o jabones de una marca muy famosa llamada Clearasil que ayudaban a atacar el problema. Cremas, Jabones y tratamientos naturistas fueron mis compañeros cutáneos para atenuar mi problema tras el apodo nuevo de mis allegados estudiantiles.

Las conjeturas de muchos de mis amigos, señalaban que me tenía que fabricar con mis propias manos una especie de abrigo, pero de hechura Soviética, es decir de origen Ruso. Los mitos urbanos me mandaban en direcciones extrañas a pedirle a algún ser de sexo opuesto que me rentara su cuarto para poder vaciar las hormonas que mi cuerpo acumulaba. Puras conjeturas de mitos urbanos que desde el principio sabia que no funcionaban.

Padecí con el mismo problema cutáneo durante un tiempo considerable hasta que otro dolor de adolescencia se tuvo que presentar para mitigar el dolor epidérmico. Dicho remedio llego hasta mis 17 años cuando tras una decepción amorosa con mi primera novia oficial en la Vocacional, me llevo a refugiarme al santuario del cual practico su religión con mucho fervor por los beneficios que me ha dado: “El Gym”.

Llegue con mucha curiosidad y con mucha pena hacia los ejercicios que mi Instructor me daba (ya que siempre fui un torpe para los deportes), y los cuales atormentaban a mis pobres músculos. Tras 2 o 3 meses de acondicionamiento, me prepararon para pesos más grandes y sin darme cuenta, mis problemas cutáneos fueron desapareciendo a solo ser moderados como la gente normal y así al mismo tiempo que algunos nuevos músculos salían de mi cuerpo a saludar.

Un consejo de mi Padre “Como te ven te tratan” que me dio cuando en alguna ocasión me vio salir de mezclilla a un trabajo provisional, termino de formar mis costumbres.

El ejercicio que equilibrar mis problema cutáneo junto con la buena costumbre que mi Padre me enseña de saber vestir humilde y no vestir de manera lujosa es lo que hace que la gente piense que soy un Chotolón, Mariposón o Puto (pa’ terminar pronto).

Mi Madre quien también contribuye al cambio, me pidió hacerme rayos a los 21 años cuando me fui a vivir solo a la Ciudad de México. Sinceramente puede que mis rayos de Cacharpo de camionero ya no estén a la moda, pero si disimulan muy bien las canas.

Estos son los factores pasados que me han formado hasta ahora y me da pena decir que es más exitoso con el sector femenino de mayor edad que aquel sector que ronda por mi edad.

Y pa’ pronto, como dice mi Hermano Gus, “¿Quien sabe de modas Italianas en este México?”

Sin mas por el momento, me despido mencionando que “Paquita”, me dio su perdón absoluto cuando ya le fui a confesar que yo fui el autor titular del arma homicida de su tupida melena. Me dio a entender lo “Cabroncito” que era por decirle después de que ya habíamos salido de la secundaria, pero entendió mi postura y me confeso que aun así no hubiera tomado represalias por motivo de las “Cartas de Buena Conducta”. Me despedí de ella sintiéndome muy “mierda” por ver todo el cabello que se tuvo que cortar y nunca la vi de nuevo.

Me retiro y nos vemos próximamente con las narraciones que tanto piden y les pido a mis admiradoras que dejen de mandar “tangas” en tributo a cuentos pasados y esperados. No quiero que me cancelen el Blog por indecencia.

P.D. Gracias Wera por salir a mi defensa




lunes, 1 de octubre de 2007

Inspirandose


¡Hola MASTERS de la Web! siento mucho hacerlos esperar, pero creanme que sigo trabajando en el nuevo articulo de esta quincena, me he dado cuenta que mi redaccion esta un poco descompuesta (para la chingada para terminar pronto), y necesito afinar esos detalles.


Mientras los dejo con las imagenes de los paisajes y espacios que me ayudan a meditar y crear nuevos horizontes en mi mente al mismo tiempo que se recrea el goce de la inspiracion.
Con un poco de Peyote (claro esta para abrir nuevamente la ventana al pasado).
Pd. Como podran ver, mis asistentes edecanes sufren los efectos de dicho inspirador alucinogeno trascendente de estaciones recorridas.